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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

El pabellón Serpentine de Marina Tabassum

La arquitecta bangladesí firma la vigesimoquinta intervención de la vanguardia arquitectónica frente a la galería londinense

Vista aérea del pabellón de Tabassum frente a la Galería Serpentine.
Anatxu Zabalbeascoa

El gingko biloba que rodea el pabellón ideado por la arquitecta bangladesí Marina Tabassum frente a la galería Serpentine de Londres es una especie superviviente del periodo Jurásico Temprano. El pabellón lo rodea, crece en torno a él para ensalzarlo, al tiempo que subraya la arquitectura existente, la de la galería James Grey West levantara en 1934. Así, la Cápsula en el tiempo de Tabassum y su equipo construye un umbral, un lugar de paso, un espacio entre dentro y fuera que es donde con más frecuencia suele trabajar esta proyectista.

Durante los meses en los que permanezca levantado este pabellón de madera —abierto está siempre—, el gingko cambiará. Sus hojas se irán amarilleando al final del verano y, finalmente, cuando se cierre el 26 de octubre, caerán para dejar ver las ramas.

Tabassum ha declarado que el gingko no solo sobrevive, también se adapta. Sabe convivir y contribuye a la diversidad del paisaje arbóreo en los jardines de Kensington. El ginko es un superviviente porque suele evitar plagas. Y, cuando el pabellón se cierre el próximo octubre, será replantado en el parque. Es decir, lo más importante del pabellón seguirá cambiando, pero dejará de ser temporal.

Interior del pabellón de Tabassum.

Tabassum ha declarado que su arquitectura busca celebrar la tradición de ir al parque, la conexión entre las personas. Para eso su pabellón, inspirado en las pérgolas curvas de los jardines burgueses, que filtran el sol y dejan pasar la luz con capas vegetales, es a la vez sutil y drástico. Por un lado, subraya el lugar, partido en dos enmarca la galería original y rodea al gingko. Por otro, altera la luz, la sombra y el color del interior. Construido con una estructura de bambú y cubierto de telas de color cálido, empela su propia forma para subrayar el lugar y su material para fomentar cualidades arquitectónicas que apelan a emociones más sutiles. Bautizada como Cápsula en el tiempo, rinde también homenaje a la Shamiyana, una tela que enmarca a los novios y a sus invitados en las bodas bengalíes.

En una boda es donde, según Tabassum se trascienden las diferencias y se celebra la unidad, el respeto y la tolerancia. Las barreras en torno a esos objetivos quiere deshacer su pabellón. Hace 25 años, Zaha Hadid firmó, frente a la Serpentine en los jardines de Kensington, junto al arroyo Serpentine, dentro de Hyde Park, el primer pabellón para celebrar charlas sobre arte y arquitectura. La idea era demostrar, durante el verano, hasta dónde podría llegar la arquitectura con pocos medios y grandes ambiciones. Desde entonces, y de la mano del comisariado de Bettina Korek y Hans Ulrich Obrist, los arquitectos que han firmado un pabellón —de Kazuyo Sejima a Jean Nouvel pasando por Frida Escobedo, Rem Koolhaas— con Cecil Balmond, Sou Fujimoto, Peter Zumthor o los españoles Selgascano, 25 estudios han presentado opciones para encontrarse en el parque y aprender de arquitectura en una fiesta del diseño, del verano, y de la arquitectura temporal.

El pabellón forma un umbral rodea un gingko biloba para lanzar un mensaje de convivencia y permanencia.

Este año, la cápsula del pabellón Tabassum es también una cápsula cultural. Más allá de sombra, marco y asiento, el pabellón celebra la cultura bengalí —la mayoría de Bangladés es bengalí— y pone a disposición de los visitantes libros sobre poesía, ecología, o arquitectura en las baldas que componen la estructura de bambú del recinto.

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